RELIGIOSAS DEL VERBO ENCARNADO
NUESTRA HISTORIA
FUNDACIÓN DE LA ORDEN DEL VERBO ENCARNADO Y DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO
En espíritu de obediencia a la voluntad de Dios, Jeanne Chézard de Matel inicia junto con otras dos jóvenes la fundación de la Orden el 2 de julio de 1625 en Roanne, Francia, con el único fin de honrar a la persona del Hijo de Dios hecho hombre para salvar a toda la humanidad.
Aunque la pequeña ciudad de Roanne fue elegida por el Verbo Encarnado como cuna de la Orden, a semejanza de Belén, la Madre de Matel comprende, por inspiración divina y consejo de sus directores espirituales, que debía ir a Lyon (1627) a establecer su comunidad. Posteriormente Jeanne funda otros Monasterios en Avignon (1639), Grenoble y París (1643).
En 1633, el Papa Urbano VIII firma y expide la Bula de fundación de la Orden del Verbo Encarnado y del Santísimo Sacramento.
RESTAURACIÓN DE LA ORDEN
En el contexto de la Revolución Francesa, entre los años 1792-1796, los cuatro monasterios de la Orden del Verbo Encarnado existentes en esa época desaparecen en condiciones trágicas. Ante esta situación, algunas hermanas se retiran con sus familias y se reúnen en grupos pequeños por distintos barrios de la ciudad donde, secretamente, continúan viviendo su vida religiosa. Exiliada en Italia, la M. Marie Anne del Espíritu Santo Chinard comunica a su confesor, el P. Etienne Denis, sus inquietudes respecto a la restauración de la Orden del Verbo Encarnado.
Habiendo obtenido el permiso para regresar a Francia, el P. Denis invita a la M. Chinard a restablecer la Orden en Azerables con las constituciones de su fundadora, la M. Jeanne Chézard de Matel. Así, el día 21 de octubre 1817, queda definitivamente restablecida la Orden del Verbo Encarnado. De este Monasterio de Azerables se fundaron otros diez monasterios en Francia.
EXPANSIÓN DE LA ORDEN
En 1949 se establece el primer monasterio de la Orden en España (Madrid). Posteriormente se fundaron otras casas en el mismo país.
En 1851, Mons. Jean Marie Oudin, Obispo de Galveston, Texas, visita el Monasterio del Verbo Encarnado en Lyon, Francia, para solicitar religiosas para su Diócesis. Respondiendo a esta invitación, cuatro religiosas del Verbo Encarnado se embarcan desde Francia hacia Galveston, Texas, EE.UU, desde donde se trasladan a Point Isabel, Texas. El 7 de marzo de 1853 se establece la primera fundación en América, en Brownsville, Texas.
A partir de este acontecimiento, de manera directa o indirecta, se fundaron diversos Monasterios del Verbo Encarnado en Estados Unidos y México, que con el paso del tiempo se constituyeron en los actuales Generalatos de la Orden: 1866-Victoria; TX; 1871-Corpus Christi, TX; 1873-Houston, TX; 1905-Guadalajara, Jal.; 1906-Gómez Palacio, Dgo.; 1929-Ciudad de México (actualmente Tlalpan); 1929-Cleveland, OH; 1930-Ciudad de México (Mixcoac).
La Madre María Concepción Solís Velasco escribió a todas las casas de la Orden proponiéndoles la unión de todas ellas en un solo Generalato, es decir, la organización de toda la Orden bajo un mismo gobierno general. Su deseo se hace realidad cuando las comunidades de Matehuala, S. L. P., Chilapa, Gro., y México, D. F., se constituyen como Generalato el 17 de abril de 1929, dando origen al instituto que hoy lleva el nombre de Congregación de Religiosas del Verbo Encarnado.
La historia del inicio de la Orden, marcado por el conflicto social y la persecución durante la Revolución Francesa, se repite en un paralelismo histórico durante la Revolución y la persecución religiosa en México. Historia que es consecuencia del seguimiento del Verbo Encarnado, porque cuando “el Verbo se hizo carne, los suyos no lo recibieron.” (Jn 1,11) En la persecución, tanto en Francia como en México, las hermanas dieron testimonio de una fidelidad incondicional que dio como fruto la expansión de la Congregación de Religiosas del Verbo Encarnado en diversos Estados de la República Mexicana y en varios países de América Central y del Sur: Argentina (1929); Guatemala (1981); Uruguay (2006); El Salvador (2007).
Respondiendo al llamado de la Iglesia y con el deseo de que el Verbo Encarnado sea conocido y amado hasta los últimos confines de la tierra, la Congregación se ha extendido a los siguientes países en África: Kenia (1979); Tanzania (1996); Ruanda (2011).